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LAS HISTORIAS DE QENA

El sapito

El sapito  Un hombre decide tomarse el día libre para irse a jugar al golf. Está en el segundo agujero cuando se percata de que una coneja está sentada cerca del green. No le da mucha importancia hasta que justo cuando va a realizar el tiro oye:
- Hierro 9.
El hombre mira alrededor pero no ve a nadie. Se vuelve a poner en posición y vuelve a oír:
-. Hierro 9.
Se gira hacia un sapito y decide hacer caso del consejo. Pone su otro bastón en el estuche y coge el hierro 9. ¡Zaas! Golpea la pelota dejándola a 10 cm del hoyo.
Se queda asombrado y pregunta a un sapito:
- es increíble. Debes ser una especie de sapo de la suerte o algo así, ¿no?
Un sapito le contesta:
-. De la suerte. Si
El hombre decide coger al sapito y se lo lleva al siguiente hoyo.
- ¿Qué palo me recomiendas? -le pregunta el hombre.
- Madera 3.
El hombre saca la madera 3 y ¡Zaas! Hoyo en uno. El hombre queda perplejo y no sabe qué decir. Al final del día, ha hecho el mejor partido de golf de su vida y le pregunta a un sapito:
- Bueno, ¿y ahora qué sigue?
El sapito contesta:
- ¿A Mónaco?.
Ambos llegan a al Casino de Mónaco y el hombre le dice:
- ¿y ahora qué? Sapito.
El sapito dice:
- Ruleta.
Después de acercarse a la mesa de la ruleta el hombre pregunta otra vez:
- ¿A qué apuesto?
El sapito responde:
- 3000€, 4 rojo.
- ¡¡Venga ya!!, pero si ése es un tiro entre un millón.
El hombre reconsidera lo pasado, y piensa en el partido de golf y dice:
- ¡Qué coño! Solo se vive una vez. Allá voy.
¡Zaas! Toneladas de efectivo y fichas llenan su sitio. El hombre recoge sus ganancias, se registra en el hotel en la mejor habitación. Se sienta en el suelo delante del sapito y le dice:
- No sé cómo recompensarte. Me has hecho ganar tanto dinero y te estoy tan agradecido.
El sapito dice:
- Bésame.
El hombre se que perplejo, pero se dice:
- ¿Por qué no? Después de todo lo que ha hecho por mí, creo que se lo merece. Total ¿qué puede pasar?

El hombre la coge entre sus brazos y la da un beso. El sapito se convierte en una AGRACIADA joven, rubia, esbelta, y de 16 años.
- ...y así, Señor Juez, es como esa chica apareció en mi habitación del hotel.

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