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LAS HISTORIAS DE QENA

La seca

La seca  

Todas las mañanas al llegar al trabajo me encontraba con la cara de la encargada, seca como una astilla, sus ojos me parecían los de una vieja rata rancia y resabiada. su nombre era Lucrecia pero La apodaban la Seca.

Maria me decía a voces para que todo el mundo la oyera, tienes que llevar estas cajas al almacén y luego traes los catálogos y luego llamas al Antonio para que traiga la lista de tareas y luego y luego, y luego mil cosas más ininterrumpidamente…mis compañeras me miraban y sonreían a hurtadillas.

-Joder chica la tiene tomada contigo

-ya ves, contestaba, cuando te toca, te toca y a callar

Yo la odiaba y a su lado el trabajo me resultaba insoportable, lo más simple se convertía en una sobrecarga difícil de sacar adelante

Hasta cuando iba al servicio me golpeaba la puerta diciendo que espabilara, que el estreñimiento me lo dejara para mi casa

Aquel día no estaba la Seca en su lugar había otra mujer totalmente diferente.

Tengo que daros una noticia a todos los presentes nos dijo la nueva “jefa” dando dos palmadas para que la prestáramos atención

Los murmullos entre la gente aumentaban.- ¿Qué ha pasado? se decían unos a otros

-Silencio por favor.

Mi imaginación volaba y se desplegaba en multitud de elucubraciones, habrá tenido un accidente la habrán despedido, lo mismo se ha marchado a otro lugar según recreaba mi pensamiento se dibujaba en mi una espléndida sonrisa cualquier cosa me valía pero la mejor seria que la hubieran despedido, que explotara y se humillara para que supiera lo que es bueno…

En aquel momento sonó el teléfono móvil de la nueva encargada pidió excusas y se retiro un poco de la escena. Todos estábamos impacientes por escuchar que le había ocurrido a la Seca.

-A esa - apostillo Luly, una compañera nuestra -  lo mismo la han metido en la cárcel, no creáis que era trigo limpio, siempre andaba con paquetitos para atrás y para alante,.

Mi expresión era radiante y todos lo notaban

-¿Estarás contenta eh?

-Pues la verdad es que si lo estoy , y mucho

-Tampoco tires las campanas al vuelo lo mismo es una baja temporal y viene en dos días,

-no lo quiera Dios, por mi como si se muere

-Ay chica tampoco es para tanto, con que se largue ya tienes bastante

-No, no me basta

Perdonarme dijo la nueva encargada y retomando la conversación comenzó. Nuestra compañera Lucrecia ya no estará mas con nosotros, ayer mismo nos llamo su hija para decirnos…

Que.,

Les había tocado la primitiva un montón de miles y que nunca mas volverá, así que les comento y de paso me presento me llamo Pepa y a partir de hoy seré yo quien tome el mando, espero que nos llevemos todos muy bien.

El alma se me cayo a los pies, no podía creerme lo que estaba oyendo sentí tanta ira, envidia que casi prefería tenerla cerca y pobre como yo a que se hubiera hecho rica. Comprendí que mi deseo no era que estuviera lejos de mi , sino que fuera desgraciada, que sufriera la mitad que yo. No me relajó, no me contentó saber que ya nunca volvería a verla., A si no podía ser, eso no es lo que yo quería. Al deshacerse la reunión un par de compañeras me palmearon la espalda al tiempo que me decían. Haber que tal nos sale esta, por que ya sabes esto de los jefes es como los melones hasta que no los abres no sabes como te salen.  No escuchaba a nadie solo me cegaba la impotencia y la rabia.

 

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