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LAS HISTORIAS DE QENA

Carta de un amigo

Hola Virginia:

 

Mucho ha sucedido en los años desde que nos conocíamos, el tiempo ha ido gritando los silencios desde los que poder encontrar esa paz interior que nos asombra en muchos intentos de comenzar de nuevo, de comprender que nada tiene explicación desde la mente, que los verdaderos sueños son los que se viven desde el corazón y las barreras solo se instalan cuando nos dejamos llevar por nuestro ego.

 

Hace tiempo ya no se nada de ti, seguro que navegas por tu propio mar, en tu propia burbuja que ahora compartes con quiénes has dejado acercar dentro de ti, escondiendo los miedos de debajo de la cama para en un futuro poder encontrarte contigo misma y sentir que todo lo que compartimos es la experiencia que nos inunda lentamente hacia el amor universal, el amor que llevamos dentro y que cuando lo sentimos muy de fuerte, muy de escuchar, muy de no esperar, llegamos a entender a quiénes se han perdido por parecidos caminos y llegado a encender la vela que les ilumina en la oscuridad.

 

Bonitos los sueños, reales las palabras que guardas en tus personajes, fieles a la creación, maquillados con otros nombres que completan la colección de quiénes se entregan a poder encontrarse dentro del mismo escenario y completar las frases que ahora puedes dedicar a quiénes pasaron por tu vida y se marcharon, a los que vuelven de nuevo para marchar más lejos, y a quiénes nunca llegaron aunque estuvieron tan cerca, que los sentías entre tus brazos cuando los ojos dejaban de mirar al infinito.

 

Te deseo todo lo mejor que a un ser humano se le puede desear, te encuentro en este momento desde el que he podido encontrar tus palabras en los libros que compartes con el universo, con los amores que llevas guardados dentro de ese cuerpo que te ha servido para llegar hasta el momento oportuno para poder dar el salto a un nuevo peldaño de tu evolución y enriquecer el sentido de la comunidad, de quiénes están a tu lado aunque la distancia física pueda ser inmensa, pues la distancia en el amor no existe, ni tampoco puede dejar que un beso pueda quedar solo, ya que con estas manos te entrego este trocito de tiempo, de amor, de un beso en los labios que hacen de tus días y noches la presencia desde la que puedes encontrar el alma que te hace estar entre el cielo y la tierra, entre tu y yo.

 

Gracias y felices sueños.

 

Miguel José. 22.6.2010

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